Viajar (y gozar) Sin ganar Peso

A mi me encanta viajar… Y una de las cosas que más me gusta de viajar ¡Es la comida!

Imagínate ir a Francia y no probar los diferentes panes, quesos o postres por los que son famosos, o ir a Italia y no disfrutar la pizza auténtica y gelato, o en Hungría un buen goulyas, o en Rumanía el sarmale… ¡Inaudito! Eso para mí es parte importante de la aventura; por lo que no me restrinjo «por miedo a engordar» o «para no romper la dieta», pero SÍ soy cuidadosa de algunos aspectos que te contaré más adelante.

La preocupación por el peso o la dieta es común entre quienes tienen un viaje programado, ya sea un viaje de placer (con la familia y demás) o por razones de trabajo. Ocurre que cuando viajamos estamos más relajados, comemos más en la calle y a veces en porciones más grandes, especialmente si son comidas diferentes a lo que vemos regularmente.

Sea tu viaje de trabajo o placer, aquí te doy algunas recomendaciones que espero te ayuden a disfrutar tu próximo viaje sin preocuparte por como afectará tu peso.

Salvo que vayas a un retiro «detox», tengas una pelea de boxeo, un procedimiento médico o algo por el estilo, el peso es la parte menos importante de tu viaje. Probablemente estás viajando para cumplir algún objetivo de tu trabajo o carrera, para conocer un lugar nuevo o simplemente relajarte y cambiar de ambiente. Estresarte por la comida, en este contexto, no es saludable. No dejes que el peso te robe el disfrute;  concéntrate en el objetivo de tu viaje y disfrutarás más.

Así como buscas hoteles y atracciones, averigua qué comidas interesantes hay que te gustaría probar y contémplalas dentro de tu itinerario.

• Si vas a un viaje de trabajo, ubica un supermercado, cafetería o restaurante cerca de las reuniones, etc. donde puedas comer de manera para que tu alimentación no se altere tanto, especialmente si estos viajes son frecuentes. Evalúa hospedajes con cocina para preparar comidas a tu gusto, según el tiempo disponible.
• Si sigues un estilo alimentario menos común (vegano, keto, etc.), investigar con antelación es todavía más importante (y va más allá de viajar sin ganar peso).

Es posible que tengas metas en cuanto a tu salud y bienestar que no quieras entorpecer, o simplemente te sientes bien en tu peso actual y no quieres cambiarlo.

• Si vas en un plan aventurero y quieres disfrutar sin restricciones, de pronto te convenga hacer un plan previo y post-viaje para poder comer con más tranquilidad durante el viaje.
• Si vas en un plan más organizado y no quieres fluctuaciones, define de antemano TUS reglas del juego ¿Se valen los postres pero no pan o pastas? ¿Se vale el pan y pastas, pero no el alcohol? ¿Se vale el alcohol pero no postres? ¿Un día disfrutarán uno y el otro algo diferente (osea no todos los días todas las cosas)? Decide cómo lo quieres manejar.

Aprovecha cada oportunidad que tengas para caminar, andar en bicicleta y hacer toda la actividad física que sea posible. Yo me aseguro de llevar mi reloj con contador de pasos y lo convierto en un reto; por lo general camino muchísimo más que cuando estoy en casa.

• Si tienes metas específicas y no quieres entorpecer tu progreso, procura seguir tu plan de entrenamiento regular. Averigua si hay gimnasio disponible donde te hospedarás o rutas seguras para correr, etc.
• Si no tienes el equipo con el que entrenas regularmente, hay ejercicios que puedes hacer con el peso de tu cuerpo y/u objetos comunes. Si te mueves (y descansas) lo suficiente, los cambios en cuanto a la comida no serán mayor problema.

Así vayas en plan espontáneo o con itinerario, es importante tener cuidado para evitar intoxicaciones alimentarias y otras situaciones que te puedan arruinar el viaje. Observa el lugar donde vas a comer ¿Se toman las medidas básicas de higiene? ¿Los locales comen allí? ¿Cómo son los ‘reviews’ del lugar? Unas libritas de más se pueden perder, pero una infección puede traer complicaciones mayores cuando estás lejos de casa.

De pronto te costó mucho controlar tu peso y no quieres perder los logros alcanzados; o quizá viajas mucho por lo que te cuesta mantener tu rutina de ejercicios, comidas y peso. Sea cual sea tu caso, la relación que tengas con la comida, será la misma vayas donde vayas.

Si en casa comes cada vez que sientes tristeza, alegría o estrés, lo mismo ocurrirá en tu viaje. Si en casa no controlas las porciones, tampoco lo harás afuera (quizás más difícil). Tratar de restringirte durante un viaje, sin haber cultivado una buena relación con la comida, te va a frustrar; y ese estrés también afectará tu peso.

Ahora te invito a hacer una reflexión: 

¿Cuál es el motivo y frecuencia de tu viaje?

¿Qué tan importante es el peso en esa ecuación?

¿Cuáles son las consecuencias potenciales?

¿Crees que puedes aplicar las 5 recomendaciones que te di para disfrutar tu viaje sin subir o preocuparte por tu peso?  Si es así, CERO estrés y ¡Disfruta tu viaje!